EL JEEP ROJO DE NATITINGOU
por Loren Cunningham
FUNDADOR DE JUVENTUD CON UNA MISIÓN
En la cuidad de Los Angeles había un vendedor de periódicos.
Este tenía diez años. Un día llegó a la
congregación por la mañana y sobre la plataforma había
un jeep color rojo. Se sentó en la primera fila porque para
él esta era una reunión muy emocionante. Él nunca
había visto un jeep en la plataforma de la congregación.
Su papá, quien era el pastor, se puso de frente en la congregación
y dijo: “ustedes han de estarse preguntando ¿qué
hace un jeep en la plataforma? Bueno, estamos patrocinando a un misionero
en África Oriental, en el país de Benin en un aldea
que se llama Natatitigou. Nos ha dicho que en las temporadas de lluvias
no puede llegar a las aldeas porque se inunda. Así que, vamos
a enviarle este jeep a él.”
En esa congregación no había personas ricas. Todos se
sacrificaron a dar, incluyendo al niño que vendía periódicos,
porque dio dos meses de su salario para poder mandar ese jeep. Después
de un tiempo este niño entró en el ministerio de tiempo
completo. Un día estaba en Togo en África Oriental y
estaba predicando a un grupo de personas primitivas llamado los “Zamba.”
De pronto recibió una invitación para ir a compartir
a los de “Natatitigou.” Este joven se emocionó
tanto porque recordó que a esa ciudad fue a donde enviaron
el jeep cuando era niño. En “Natatitigou” estuvo
buscando el jeep y lo encontró, pero ahora era un jeep rojo
viejo, listo para irse al “cielo de los jeeps.” Ese joven
tenía que subirse en él. Se sacudía y sonaba
como sonaja, pero de todos modos caminaba… ¡Fue una cosa
emocionante para ese joven! ¡Lo sé porque yo era ese
joven que vendía periódicos! Así fue que descubrí
que tú puedes dar un obsequio guiado por el Espíritu
Santo en un espíritu de generosidad y de gozo, ungido por el
Espíritu Santo y este regalo seguirá dando y dando y
nunca se detiene. Dios puede usar ese regalo para enviar su reino
a todo el mundo.
Recientemente, el presidente de esa nación, el presidente Kérékou,
llamó al vendedor de periódicos. En esa época
yo vivía en Suiza, y me habló y me dijo: “¿podrías
venir a enseñarme?” Él tenía cinco meses
de ser cristiano y dijo que había estado leyendo mis libros.
Entonces fui y me senté con mi Biblia en la oficina presidencial.
Antes de que yo comenzara a enseñarle, le conté la historia
del jeep rojo y le dije: ese jeep llegó a Natatitigou. Sus
ojos se comenzaron a mover con emoción y dijo: “¡yo
soy de Natitigou!” Entonces nosotros, dos hombres con cabellos
canosos, comenzamos a hablar de como Dios entretejió nuestras
vidas juntas a través de una ofrenda misionera, dada muchos
años atrás.
Así que no subestimes lo que haces en la voluntad de Dios,
porque tu destino está envuelto en tu obediencia. Dios va a
hacer cosas que van a cambiar la vida de muchas personas a través
de ti y alrededor del mundo.
Todos nosotros hemos sido llamados a un ministerio de oración,
de dar y también de comunicación. Nos comunicamos a
través de nuestra sonrisa, o a través de nuestro ceño
fruncido. ¿Pero que es lo qué estas comunicando al mundo?
Comienza a verte a ti mismo como el misionero de Dios que tiene el
propósito de comunicar a Jesucristo a todo el mundo. No pongas
limites en la manera que Dios puede usar tu ofrenda por mas pequeña
que sea.
Usado con permiso de Amistad Cristina A.C.,
Ciudad de México, de la conferencia de Loren Cunningham. Primera
conferencia, 3 de Noviembre del 2002. Adaptado por Kerry A. Olson