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DOCE TEMAS MISIONEROS EN GENESIS (PARTE 1)
Por Steef Van’t Slot, Ph.D.

El propósito de los temas que trataremos, es mostrar que de ninguna manera Dios comenzó a hablar acerca del mundo misionero hasta Mateo 28 o Hechos 2, sino que Génesis, el Libro de los Principios, es también el libro del comienzo del mundo de las misiones, así como del origen de la raza humana. Como muchos otros temas bíblicos, el de las misiones se desarrolla de acuerdo con el principio hermenéutico de revelación progresiva que consiste en que los asuntos bíblicos básicos, se van revelando conforme el tiempo pasa.

Estos temas tienen una relación directa con el mundo de las misiones y son los temas principales de las Escrituras. La Biblia en su totalidad es un libro del mundo misionero, Dios es el Dios de todas las naciones, generaciones y pueblos. Esto se puede ver en cualquier libro de la Biblia.

Tema 1: ¿Quién envía? La Missio Dei – Origen del Intento Misionero.

La necesidad del mundo misionero es difícil de entender para alguien que no tiene entendimiento de quien es Dios, de Sus atributos, carácter, planes y clamor con respecto a la humanidad y de cómo Él se revela a Sí Mismo en Su Palabra por medio del lenguaje, imágenes e ilustraciones.

Dios Mismo se presenta como una Trinidad. El versículo 1 de Génesis 1, habla acerca de “Dios”, el versículo 2, acerca del “Espíritu de Dios” y en el versículo 3; aparece la “Luz”. Cristo en su estado pre-encarnado. Después Dios habla como “nosotros” y “nuestra”, indicando tres Personas compartiendo la misma esencia Divina del Ser y relacionados en carácter. De manera similar, el hombre fue creado para relacionarse reflejando la Trinidad con su cuerpo, alma y espíritu; unidos en una vida humana. El Dios Todopoderoso se revela en tres Personas, aunque es Un Solo Ser.

El hombre fue creado para vivir en dos mundos y como Adán, él fue creado “del polvo de la tierra” (en hebreo, “Adamah”). Luego Dios “soplo en su nariz aliento (en hebreo “ruah”, que literalmente significa “espíritu”) de vida”. El hombre ha sido diseñado para vivir relacionándose con la tierra de la misma manera que con el cielo, está igualmente equipado para tener comunión con Dios como para tener compañerismo con otras personas. La vida humana no está completa si se vive a un nivel natural solamente, el hombre fue creado para estar en contacto cercano con Dios.

El hombre fue creado para tener comunión con Dios, pero al pecar; la perdió. Dios proveyó un camino de salvación para que esa comunión fuera restaurada y de esta proclamación de salvación es de lo que trata el mundo de las misiones.

La Missio Dei, (La Misión de Dios) es salvar a la raza humana perdida. Siempre que una empresa humana a nivel mundial se concentra en llevar a cabo la Misión de Dios, vemos Misiones Eclesiásticas, es decir que comienzan a aparecer misiones representadas por La Iglesia.

Hay gente que aparece en La Biblia, que fue enviada por Dios para realizar ciertas tareas. También vemos gente que una vez enviada, ellos mismos se convirtieron en gente que envía siguiendo los propósitos de Dios.

Los primeros enviados fueron Adán y Eva: “enviados” fuera del Paraíso para cuidar a un mundo bajo maldición.

Hasta el fin de los tiempos, cada misión trabajará con el pecado y la salvación ofrecida.

El segundo enviado fue Noé: a él no se le dijo que fuera a algún lado, El estaba en una “misión o actividad en casa”. Noé tuvo que anunciar juicio sobre su generación y construir el Arca, la única posibilidad ofrecida para salvación.

El tercer personaje, de hecho, fue llamado a irse; Abram tuvo que dejar su país, su gente y su familia, la casa de su padre y toda su parentela; para ir a un país que Dios le mostraría. Él fue con una cuádruple promesa, dirigiéndose hacia el mundo: “y haré de ti una nación grande”, “y te bendeciré”, “y engrandeceré tu nombre”; “y serás bendición y todos las familias de la tierra serán benditas a través de ti”. Abram tuvo que hacer sacrificios para obtener esta promesa, dejando todo lo que le era familiar y embarcándose en una aventura que no pudo entender completamente al principio. Con la acción de Abram, la Missio Dei se hizo visible: La primera persona que Dios usó como tipo del redentor, se convertiría en una nación “redentora”.

La última persona en Génesis, enviada por Dios; es José, aunque al principio pareció como si él fue enviado por Jacob para andar errante. Esta es la primera historia en donde el padre, envía a su hijo.

La primera persona enviada que se convirtió en uno que envía, fue Abraham cuando envió a su siervo Eliezer para que le buscara una novia a su hijo Isaac. Más tarde vemos como Isaac, el siguiente uno que envía, envió a su hijo Jacob para encontrar una esposa.

El tercer uno que envía es Jacob, quien envió a su amado hijo José a buscar a sus hermanos, quienes andaban pastoreando sus rebaños en el área peligrosa de Siquem.

El cuarto y último uno que envía es José. Después que él se reunió en Egipto con sus hermanos, excepto Benjamín; él los envió de regreso a traer a su hermano menor.

Muchos aspectos clave de Génesis convergen en los Capítulos 37 al 50, las historias de Jacob, José y sus hermanos, el ministerio de gobierno y salvación de José podrían ser considerados como una micro-Biblia, ya que estos contienen los principales elementos que Dios toma en cuenta, gobernando a través de la historia, ubicando a personas con caracteres estratégicos a lo largo de la línea de tiempo para ejecutar Sus planes de Salvación. Todos estos pasajes presentan una imagen del Plan Divino de Salvación como se llevó a cabo en El Nuevo Testamento por medio de Jesucristo.

 

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