Dios con Cabeza de Elefante
por Marcos Schultz
Según la leyendo hindú, el dios Shiva, uno de los dioses
prominentes del hinduismo, había salido de su casa para casar
y meditar.
Su esposa se enfadó de estar sola, y decidió hacer un
muñeco de barro. Mirando a su creación exclamó:
—¡Casi se ve vivo! Espera, te voy a dar vida. Y ella le
sopló vida al muñeco de barro. De repente el muñeco
era un niño, un niño risueño y juguetón.
—Sé mi hijo, y te amaré —dijo la mujer.
El niño le llamó “Amma”, que significa “Madre”.
Días después regresó el dios Shiva a su casa,
sin saber que ya era papá. Cuando se asomó a su casa,
el niño tomó una lanza y se puso de guardia en la puerta,
protegiendo a su Amma. Shiva entró cubierto con piel de tigre
y con la luna creciente metida en su cabello. —No puedes entrar
—exclamó el niño—. Mi madre está
adentro. —¿Tu madre? —rió el dios—.
Déjame entrar changuito, yo quiero ver a mi esposa. —No
entrarás —insistió el niño.
Shiva se enojó, levantó su hacha, degolló al
niño y la cabeza se fue volando. En ese momento entró
la esposa. —¡Mi hijo, mi hijo, has matado a mi hijo! Luego
le contó a su marido acerca de su hijo, cómo lo formó
y el deleite que él era para ella.
Shiva se llenó de remordimiento por su terrible crueldad y
se fue a buscar la cabeza, pero no la halló. Un elefante quien
lo vio le preguntó: —¿Oh Rey de la danza, por
qué está usted tan triste? —He hecho algo terrible
—contestó Shiva, y le contó de su hijo.
El elefante respondió: —Señor de la tierra, mis
años son muchos y estoy listo para tomar mi próxima
vida. Toma mi cabeza y úsala para hacer que viva el niño
de nuevo. No temo al dolor y seré honrado si usted me envía
a mi próxima vida.
Shiva le respondió: —Bendito seas. Ya no tendrás
que nacer en nueva vida, sino libero a tu espíritu para que
te unas a los demás, los dioses.
Con la cabeza del elefante en sus manos, Shiva corrió a su
casa. Puso la cabeza sobre el cuerpito muerto del niño y éste
despertó. —Pequeño —dijo Shiva al niño—,
fuiste valiente. Tu nueva cabeza te hará sabio. Te haré
líder de mis ganas, mis seguidores. Así que te llamarás
Ganesha.
Otro Dios, no según ninguna leyenda, sino según la autentica
Palabra de Dios—el único Dios verdadero—también
tuvo un hijo. No le puso cabeza de elefante, pero sí le exaltó
hasta lo sumo y lo puso como Señor sobre toda Su creación
y todos sus ganas (seguidores). Ahora este Señor, quién
tanto ama a los hindúes, nos manda a nosotros a ir a proclamar
el nombre de Jesús a todos ellos, para que muera la mentira
y les entre la verdad. ¿O consentimos que algunos seres humanos
tengan deidades con cabeza de elefante?
¿Podemos ser tan cabezones nosotros, los ganas del único
Dios verdadero?